París, la Ciudad de la Luz, es una amalgama perfecta de calles, plazas y monumentos. A nadie le resulta indiferente la capital francesa. En ella veremos algunos de los principales atractivos del mundo, como la famosa Torre Eiffel, el Arco del Triunfo o el Museo del Louvre.
A mí me gusta especialmente la París de las grandes plazas, la París que se vuelve clásica y elegante a pesar del ingente tráfico que la sacude cada día. Lugares como la Plaza de la Concordia o la Plaza Vendome son algunos de los rincones en los que podría quedarme horas y horas sentado viendo pasar el tiempo y la vida.
Hay quien estos días acude a la web de All Paris Apartments para planificar de la mejor manera posible su escapada a París. En esa escapada, como os digo, la Plaza Vendome es uno de los rincones que no deben faltar. Está situada entre la Ópera y el Jardín de las Tullerías, muy cerca de otras plazas de gran interés como la de la Concordia y la Madeleine.
Su nombre proviene del Hotel Vendome que se encontraba en ella, aunque durante la Revolución Francesa se le cambió la denominación por la Plaza de las Picas. Precisamente durante la Revolución se derribó la estatua de Luis XIV que había en el centro, donde hoy se levanta la columna. Fue diseñada y construida durante la segunda mitad del siglo XVII y principios del XVIII. Tiene 214 por 224 metros
Destaca en el centro la Columna de Vendome, inspirada en la Columna de Trajano de Roma y que recuerda las hazañas de Napoleón en Alemania. Aparece rodeada por numerosos edificios cuyas fachadas están declaradas como Monumento histórico. Entre ellas la sede del Ministerio de Justicia, el Hotel Ritz y una gran cantidad de tiendas (especialmente joyerías de gama alta como Cartier, Dior o Chanel), bancos y otros locales comerciales.
Precisamente la Plaza Vendome es todo un símbolo para los grandes joyeros y la alta costura. Dicen que esta plaza es una de las más caras de Europa, así que lo más seguro es que nos quedemos mirando sus escaparates. Aún así merece la pena darse una vuelta por ella y disfrutar del encanto neoclásico de una de las plazas más señoriales de la ciudad.
Foto Vía Piardoch