En una ocasión pude leer que Túnez era el país de las puertas de colores. No le faltaba razón. No se caracteriza precisamente el país tunecino en el aspecto ostentoso de sus casas, en la opulencia de sus fachadas. Es más, muchos de sus pueblos tienen como aspecto más llamativo el estado ruinoso de sus edificios. Sin embargo, esto lo suplen con los llamativos colores que los adornan y en el juego de caracteres y dibujos con el que decoran puertas, ventanas y balcones.
Paseando por Sfax, la segunda ciudad del país y capital económica, aprecias fácilmente estos detalles. Situada 270 kilómetros al sur de Ciudad de Túnez, es una gran urbe llena de historia, tradiciones y mucho color. A pesar de que a primera vista es un tanto sucia y caótica, perderse por las callejuelas de su medina es uno de esos placeres a los que uno no podrá resistirse. Si estáis buscando ofertas de viajes a Túnez, hay que rendir visita a esta ciudad.
Muchas de las medinas del país se han vuelto demasiado turísticas. Han perdido el encanto de siempre, la sencillez de las cosas, la rutina de ir a comprar los alimentos del día o el trasiego de los comerciantes. Han abierto sus puertas a los extranjeros y todo depende de ellos y de la manera que quieran impregnarse del entorno. Sin embargo la medina de Sfax es diferente. Aquí todo es más real, menos turístico, un lugar en donde se respira lo que es en sí el aire de Túnez.
Las murallas intactas que la rodean nos envuelven de un ambiente mágico. Tiene su origen a mediados del siglo IX y parecen ir buscando, como las callejuelas de la medina, la mezquita que domina todo el espacio. Se palpa una realidad que en otros puntos de Túnez nos resultaría desconocida. Los puestos ambulantes se dividen por oficios y el olor de las especias y los alimentos sobrevuela cada rincón.
Por algo la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad hace un año. Posiblemente sea el ejemplo más representativo de medina musulmana de toda la cuenca del Mediterráneo. Un lugar diferente, genuino, con el sabor de las cosas antiguas impregnado en sus muros. Imprescindible.
Foto Vía Tripadvisor