Bares en Buenos Aires son fáciles de encontrar. La ciudad está viva de noche y la gama que ofrece es interminable. Es sábado por la noche y estáis en Buenos Aires. Lo mejor es que no hagáis planes. Un bar, un salón de tango, una galería de arte y un gran lugar para música en directo. Os estamos hablando de la Catedral, en el barrio de Palermo, la solución a una noche divertida en Buenos Aires.
Escondido en la intersección de Medrano y Sarmiento, es posible que nos pasemos de Palermo sin darnos cuenta, una de las joyas escondidas de Buenos Aires. Realmente no hay grandes letreros de neón, ni un sonido de música a todo volumen. De hecho, uno de los encantos de la Catedral es que no le hace falta hacerse publicidad a sí misma. Es un lugar que quiere seguir siendo desconocido, y aún así, no le resta ni un ápice de atractivo.
El enorme edificio, que en su momento fue un antiguo molino de harina en el corazón de la ciudad, se ha conservado con toda su grandeza. La entrada está en la parte inferior de una amplia escalera, que conduce hasta el centro del lugar, donde un enorme corazón rojo cuelga de las vigas del techo. Las bombillas de color están suspendidas del techo, y el suelo sigue siendo de madera, tal como se construyó.
Creo que resulta imposible catalogar a la Catedral. A primeras horas de la mañana, argentinos de todas las edades besan las tablas del suelo con el baile de un tango sensual. La música en directo es de gran calidad y se vive con orgullo. Curiosamente, el menú de la Catedral es vegetariano, en una tierra donde es tan famosa la carne de vacuno y el tradicional asado de las montañas.
Sentaros en algunos de los sofás, charlando con los amigos delante de una buena copa de vino. No hay nada más íntimo como bailar con vuestra pareja un tango sobre las tablas de madera de la Catedral. Porque este es un lugar para todos. No hay un estilo determinado, ni a la hora de vestir ni por las formas. Cuando no sepáis dónde ir de noche en Buenos Aires, la Catedral es el mejor lugar.
A las 05.00 de la madrugada, el bar comienza a desalojarse. La sala de baile cada vez tiene menos gente. Todo el mundo sale satisfecho, feliz. Si alguna vez tenéis la oportunidad de visitar Buenos Aires, no dudéis en acercaros a la Catedral, en el barrio de Palermo. Un lugar mágico y muy argentino.
Foto Vía Travelpod