Pisa, uno de los destinos más solicitados para vuelos económicos, no sólo existe una torre inclinada. Pese a que sea la torre la que se lleve todo el protagonismo, Pisa es una ciudad monumental. Podemos visitar por ejemplo su catedral, a la cual dedicamos el post de hoy.
Si algo hay que destacar de la Catedral de Pisa es su inusual luminosidad, inusual por que se trata de un templo de estilo románico. Compuesto por cinco naves y planta de cruz latina, el templo se construyó en los siglos XI y XII. Su luminosidad se agranda con un revestimento de mármol blanco que lo hace todavía más hermoso.
El románico pisano poco o nada tiene que ver con el románico español. Sus galerías típicas alegran y dan ligereza a la Catedral de Pisa. Podemos mirarlo tanto desde la parte del ábside como desde la fachada, ya que ambas partes nos llenarán de una sensación luminosa, blanca. En la fachada podemos destacar la rítmica sucesión de geometrías y unas hermosas puertas de bronce, diseñadas por el famoso Juan de Bolonia. Pero no son las únicas puertas de interés, sino las puertas del lado derecho del crucero son obras de otro gran artista, Bonanno Pisano.
El interior nos hará romper con todas los esquemas preestablecidos que teníamos sobre el románico, pero nuestra sorpresa no quedará de puertas afuera. Si entramos en el templo también nos llenaremos de sorpresa e imaginación. Se trata de un espacio que, lo mismo que con el exterior, nos romperán el prejuicio del románico. Un espacio lleno de luz y perspectiva, algo inusual en el románico catalán y español. A esta sensación de espacio grande y acogedor a la vez constribuyen las galerías elevadas y la abundancia de ventanales.
Para acabar de sorprender, la Catedral de Pisa también llama la atención por su Pantocrator en el ábside, construido en el siglo XVI y sobre todo, y es algo especial, el púlpito, la gran obra de are de Giovanni Pisano de comienzos del siglo XIV.
Foto Vía: Rodrigo Soldon