La Basílica de San Marcos en Venecia

 Basílica de San Marcos

La Basílica de San Marcos es la iglesia más famosa de Venecia y uno de los mayores ejemplos de arquitectura bizantina. Esta basílica se halla en la Plaza de San Marcos, justo al lado del Palacio Ducal. Ha sido la sede del arzobispado de Venecia desde 1807.

El primer edificio en San Marcos fue construido temporalmente en el Palacio Ducal, cuando los mercaderes venecianos adquirieron las reliquias de San Marcos. Sus restos, robados de Alejandría por los soldados del Dux, se ocultaron supuestamente en un barril lleno de carne de cerdo. El robo se representa en un mosaico del siglo XIII que hay sobre la puerta de entrada más lejana de la Basílica.

La iglesia original fue sustituida por otra en el 832, aunque este nueva iglesia fue incendiada en el 976 a causa de una rebelión, siendo reconstruida en el 978. Finalmente, en el 1063, se plantaron los cimientos de la nueva basílica. La nueva basílica fue consagrada en el 1094, el mismo año en el que el cuerpo de San Marcos fue supuestamente redescubierto en un pilar por Vitale Falier, Dux de Venecia en ese momento. En la cripta de la basílica se alojaron las reliquias hasta 1811. El edificio alberga también una pequeña torre, que algunos creen que formaba parte del original Palacio Ducal.

Mientras que la estructura básica de la basílica se ha visto pocas veces alterada, su decoración, sin embargo, ha cambiado mucho con el tiempo. En el siglo XIV, con el auge del comercio veneciano, no había barco que no regresara al puerto de Venecia con algún adorno oriental para la basílica. Columnas, capiteles o frisos se agregaron a la estructura original de la basílica.

La iglesia tiene planta de cruz griega, muy parecida a la de Santa Sofía y la Iglesia de los Apóstoles de Estambul. Debajo del coro está la cripta. Sobre el altar mayor hay un baldaquino sobre columnas con relieves, decoradas en el siglo XI. El retablo está cubierto con Pala de Oro, un trabajo de metal bizantino de 1105. Detrás del altar mayor hay otro altar con columnas de alabastro.

 Basílica de San Marcos

En el coro se sitúan las estatuas de bronce de los Evangelistas y los Doctores de la Iglesia, obra de Caliari. Las paredes están cubiertas con mosaicos, en una mezcla de estilos gótico y bizantino, mientras que en el suelo hay una mezcla de mosaicos de mármol del siglo XII y motivos geométricos de animales. Los mosaicos contienen oro, bronce y piedras.

Un medallón rojo en el suelo marca el lugar donde, en 1177 el Dux Sebastiano Ziani orquestó la reconciliación entre Barbarroja, el Emperador del Sacro Imperio Romano, y el Papa Alejandro III. Los caballos de San Marcos se instalaron en la basílica en 1254, y se cree que en su momento adornaron el Arco de Trajano. De todas maneras, el Dux se los trajo en 1204 del Hipódromo de Constantinopla, como parte del botín saqueado en las Cruzadas.

Napoleón los robó en 1797, pero fueron devueltos en 1815. Hoy en día, y desde 1990, residen en el museo de la basílica. El Tesoro se halla a la derecha del altar principal, y cuenta con una colección de los saqueos de Constantinopla y otros iconos y reliquias religiosas.

Información adicional

La Basílica y el Tesoro abren los veranos, de lunes a sábado de 09.45 a 17.00 horas, y los domingos de 14.00 a 17.00 horas. En invierno, los horarios son algo más cortos. El museo de la basílica abre diariamente en verano de 09.45 a 17.00 horas.

La entrada a la basílica es gratis, mientras que la entrada al museo cuesta 1,50 euros, y la entrada al Tesoro 2 euros.

Foto 1: Tripadvisor

Foto 2: Jonathan Stephens