Killarney fue declarada en el año 2007 la Ciudad mejor mantenida de Irlanda. Especialmente desde entonces se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos naturales de la isla verde esmeralda. La encontramos en el condado de Kerry, a 300 kilómetros al suroeste de Dublín. Su centro histórico y la cercanía con la hermosa Península de Dingle son algunos de sus principales encantos.
Precisamente nuestro primer contacto con Killarney fue con su centro histórico. El gran aliciente de esta ciudad es la Catedral de Santa María, construida en estilo neogótico a mediados del siglo XIX. A simple vista es un templo enorme, del que hay que destacar especialmente sus vidrieras, en las que pueden verse algunos pasajes de la Biblia y vidas de santos. Es el juego de luces que penetra en la iglesia a través de estas vidrieras el que le da al interior un aspecto mágico que no debemos perdernos.
A las afueras de Killarney nos encontramos con el otro gran edificio de la ciudad, el Castillo de Ross. Su ubicación a orillas del lago Leane lo hacen aún mucho más pintoresco si cabe. Fue construido a finales del siglo XV y destaca por su imponente torre central. En verano se suelen hacer excursiones por el lago saliendo desde el castillo y llegando hasta la isla de Innisfallen. Sin duda se trata de un trayecto con unas vistas maravillosas.
Precisamente los alrededores de Killarney son sencillamente espectaculares desde el punto de vista natural. La ciudad aparece rodeada de lagos brillantes, bosques profundos y altas cumbres que caen en acantilado sobre la costa. No en vano muy cerca de aquí se sitúa el Parque Nacional de Killarney, un lugar perfecto para hacer una gran cantidad de actividades al aire libre.
Dentro del parque nacional encontramos también la Abadía de Muckross, fundada a mediados del siglo XV como un monasterio franciscano. Actualmente la abadía no tiene techo y su visita principal es un patio central con claustro abovedado, en cuyo centro se sitúa un enorme tejo. Realmente todo el conjunto se halla en buen estado de conservación, aunque en numerosas ocasiones a lo largo de su historia ha sido asaltado por pillaje.
Para muchos irlandeses Killarney se ha convertido en una magnífica escapada de fin de semana. A buen seguro que cuando la descubráis os daréis fácilmente cuenta del porqué.
Foto Vía Ksoe