Es inevitable que en días como este no se nos venga a la cabeza la ciudad de Jerusalem, una de las ciudades más especiales del mundo, sin duda alguna. Situada entre los Montes de Judea, su ciudad antigua está repleta de significados para judíos, cristianos y musulmanes.
Su fisonomía hoy en día es de lo más variada, una curiosa mezcla entre personas que van vestidas totalmente a la moda, con judíos ortodoxos, cristianos con sencillos trajes o mujeres árabes envueltas en coloridas túnicas.
Habitada y conquistada durante su historia por personajes y grupos tan ilustres como el rey David, Nabucodonosor, Alejandro Magno, los romanos, bizantinos, turcos otomanos o ingleses, paradójicamente, esta ciudad se conoce también como la «Ciudad de la Paz».
Jerusalem es un lugar que preserva cuidadosamente sus restos históricos, pero también es una ciudad que cuenta con modernos edificios, centro comerciales, impresionantes parques tecnológicos y una muy variada oferta cultural.
Las visitas obligatorias llevarían al viajero por la Ciudad Vieja, la Basílica del Santo Sepulcro, la Vía Dolorosa, el Muro de las Lamentaciones y la Cúpula de la Roca. La parte vieja de la ciudad es bastante pequeña por lo que se puede explorarla a pie tranquilamente.
Si se quiere conocer la ciudad más moderna, os recomendamos salir de la zona de intramuros; fuera de allí encontraréis una muy variada e interesante oferta de música, clubes de jazz, restaurantes vanguardistas, cines de autor, teatros y galerías de arte.
Jerusalem es una ciudad para visitar, tanto si se es religioso como si no; respira historia, arte, misterio y vida… sin duda, es una ciudad especial.
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