Jan el Jalili, el antiguo bazar de El Cairo

Jan el Jalili

Tengo un amigo que, antes de viajar a El Cairo, me dijo literalmente: «pirámides, museos, coches y compras». Así me quiso resumir en cuatro palabras lo que para él había sido la capital de Egipto. Lógicamente El Cairo es mucho más, una gran urbe llena de vida, a veces caótica y desenfrenada, en la que saber apreciar un patrimonio de enorme belleza e interés.

Creo que de aquellas cuatro palabras mi mujer se quedó prendada con la última de ellas, porque no paró de hacer fotos en Jan el Jalili, el bazar antiguo de la ciudad. Tan antiguo como que sus orígenes hay que buscarlos a finales del siglo XIV, cuando en una de sus pequeñas callejuelas se instaló un gran caravasar, una especie de posada para comerciantes con estancias para sus animales y mercancías.

Jan el Jalili es una más de las excusas que tenemos para echarle un vistazo a las ofertas de vuelos a El Cairo y escaparnos a descubrir el embrujo especial de esta ciudad. Embrujo es precisamente lo que envuelve el laberinto de calles en el que se encuentra este bazar. Todo está lleno de puestos ambulantes, tiendas y gente, mucha gente. Turistas y lugareños que vienen a comprar o a saborear la increíble amalgama de colores y sabores del bazar.

Porque además de los típicos puestos ambulantes, en Jan el Jalili hay pequeños cafés tradicionales, pescaderías y otras tiendas de alimentación. A veces resulta un poco caótico y poco higiénico, la verdad. Las tiendas ofrecen sus productos casi a la intemperie, con el riesgo que eso conlleva, pero los cairotas no tienen ningún reparo en acercarse y comprar las mercancías aquí expuestas. Si lo vienen haciendo desde siempre no creo que haya ningún problema, ¿no?.

En Jan el Jalili se regatea, lógicamente. Especias, alimentos, chilabas, artesanía… aquí se vende de todo. Es como si tocáramos con las manos al Egipto más popular, como si lo sintiéramos junto a nosotros, en el color y el bullicio de las callejuelas del bazar. Perderse por sus pequeñas tiendas y puestos no solo es un ejercicio para los amantes de las compras, sino para todo aquel que quiera vivir la vorágine de un país asomado al turismo, el arte y la historia.

Foto Vía El Legado Andalusí