Decidir un lugar para pasar nuestras vacaciones en Italia puede llegar a ser una tarea complicada, ya que la variedad de paisajes, de las tradiciones y de la personalidad de cada una de sus regiones es enorme. De norte a sur, podemos pasar de las regiones alpinas, plagadas de lugares espectaculares tanto en invierno como en verano, pasando por la llanura del Po, los Apeninos, el sur del país, tan lleno de contrastes, hasta sus grandes islas, cada una de ellas con un carácter marcadamente independiente y especial.
Elijamos el destino que elijamos, un viaje a Italia siempre es una experiencia inolvidable: prácticamente en cualquier ciudad, grande o pequeña, encontraremos multitud de monumentos llenos de historia. Lugares que no suelen aparecer en las rutas turísticas más típicas encierran verdaderos tesoros del patrimonio artístico transalpino.
De todas maneras, no se pueden dejar que destacar destinos como Roma, Venecia o Florencia, los más visitados con diferencia; ciudades como Milán o Turín, enclaves de modernidad, cultura, industrialización y potencia económica; o las grandes ciudades del Sur, Nápoles y Palermo, prodigio de barroquismo y compendio de los tópicos más clásicos sobre la cultura italiana.
Eso sí, desde la zona más continental hasta el pueblo más remoto de las colinas calabresas o sicilianas, hay algo que no puede faltar en unas vacaciones en Italia: su gastronomía. La enorme variedad de sus platos, dominada, claro está, por la pasta y la pizza, pero que refleja influencias de todo tipo en toda la extensión del país, es prácticamente inabarcable. Sus vinos, sus aceites, sus postres de ecos árabes en el sur y centroeuropeos en el norte…
Todo ello, unido al carácter generalmente abierto y acogedor de sus gentes, hace que este sea, con diferencia, el país más frecuentado por los turistas de todo ell mundo en relación con su extensión. Italia, sin duda, lo tiene todo.
Foto: Lyn Gateley