Isla de Sal, las mejores playas de Cabo Verde

Isla de Sal

Como archipiélago que es uno tiene la idea de Cabo Verde como un auténtico paraíso de playa. Sin embargo, en la realidad no es así, a excepción de Isla de Sal, un magnífico destino turístico que se sustenta precisamente en sus playas doradas. Una imagen que nada tiene que ver con la que nos llevamos nada más aterrizar en el Aeropuerto de Amílcar Cabral.

Porque Isla de Sal es una isla plana y seca, árida, no demasiado atractiva a primera vista. No en vano en su origen llevaba el nombre de Isla Plana. No es la primera vez que oigo o leo opiniones del tipo: «Cuando llegamos al aeropuerto no pudimos por menos que llevarnos una mala impresión. ¿Dónde hemos ido a parar?» Pero todo cambia a medida que vamos descubriendo los encantos secretos de este lugar aislado en el Atlántico.

Hay una gran cantidad de viajes a Cabo Verde económicos, de ahí que debáis aprovechar la ocasión y venir hasta Isla de Sal. Fue descubierta por los portugueses en 1460 y lleva este nombre tras descubrirse unos grandes depósitos de sal en Pedro de Lume. Dentro de ella hay una serie de enclaves que son los que aglutinan a la masiva afluencia de turistas.

En primer lugar hay que citar Santa María, la zona más grande y popular de Cabo Verde y que cuenta con más de ocho kilómetros de playa. Es en este pueblo donde se hallan los hoteles más exclusivos del archipiélago, casas de vacaciones, apartamentos, hostales y pensiones. Un lugar lleno de animación tanto de día como de noche, y que se ha convertido en los últimos años en el epicentro del turismo caboverdiano.

El otro gran destino turístico de Sal es Pedro de Lume y sus Salinas, en las que uno puede flotar como si estuviera en el Mar Muerto y disfrutar de sus propiedades curativas. En realidad es un pueblo casi inhóspito, pero que sorprende por su animación. La economía de esta zona se fraguaba fundamentalmente de la sal hasta mediados del siglo XX.

Curiosamente la capital de Isla de Sal, Espargos, es tal vez el lugar menos turístico de la isla. Cuenta con algunos bares, restaurantes y tiendas, pero nada nos invita a disfrutar de sus encantos. En realidad Isla de Sal es así, un enclave lleno de belleza y contraste. Es precisamente lo que la hace tan atrayente.

Foto Vía Andando por Andar