Aunque hoy, a principios de febrero, miramos por la ventana y vemos el frío que se asienta en todos los rincones, no viene de más pensar en las vacaciones de Semana Santa o verano y calentarse, al menos, mentalmente.
El viaje de Semana Santa o verano que proponemos a continuación es a Ibiza, pero a una Ibiza diferente a la habitual. No se trata del Ibiza de playa y discoteca o mar y terraza, no se trata del Ibiza de los monumentos, de su patrimonio histórico. Si bien podemos encontrar información sobre este tipo de rutas en cualquiera de los hoteles en Ibiza, no viene de más informarse un poco con antelación.
El monumento de mayor importancia de la isla de Ibiza es sin duda la conformada por las murallas renacentistas de Dalt Vila en la ciudad de Eivissa, declarados, y no es para menos, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO hace ya más de diez años.
Pero no sólo esto es visitable o fotografiable sino que además, la isla balear ofrece al visitante un vasto patrimonio histórico y cultural que se disemina por todo el territorio. Podremos ver los montes sagrados de Santa Eularia y Sant Miquel, las iglesias de tipo fortaleza que se reparten por todos los municipios, singulares torres de defensa e incluso pozos y albercas de origen árabe que se declaran como Bien de Interés Cultural.
Y es que a lo largo de su historia, Ibiza siempre ha sido punto de encuentro para diversas culturas. Por aquí pasaron púnicos y fenicios, romanos y árabes, todos rendidos a la luz brillante y especial que desprende la isla.
Después de asentarse los cristianos tras la reconquista, la isla fue progresivamente rodeada por torres defensivas de piedra desde las que se podía vislumbrar el horizonte para descubrir los piratas berberiscos, los cuales tendían a desembarcar y adentrarse en la isla en busca de comida y riquezas. Los ibicencos, muchas veces alertados por los vigías, solían abandonar entonces sus casas y corrían a refugiarse en las murallas de la ciudad o las iglesias fortificadas de los pueblos. De aquí el origen de multitud de monumentos que hoy día se pueden visitar.
A salvo hoy día de invasiones piratas, el ciudadano de Ibiza sigue protegiendo con esmero este tipo de edificio histórico, pues es una herencia de lo que fueron sus antepasados. Así, una visita a estos monumentos, defensivos en su mayoría, y museos de diversa índole, se nos presenta imprescindible si queremos conocer y disfrutar la isla a fondo, se trata de entender la isla, el lugar en el que aterrizamos, para poder así conocer y entender mejor todo lo que nos rodea durante nuestra visita.
Foto Vía: Forbfruit