Goteborg, a veces traducida como Gotemburgo, en la costa occidental de Suecia, está llena de atractivos poco conocidos por los turistas extranjeros. Un viaje en barco por el histórico Canal de Gota sería un magnífico punto de partida. El canal, que se construyó en 1607, conecta una serie de grandes lagos para crear una ruta de envío hasta Estocolmo, a salvo de las terribles tormentas del Mar Báltico.
Las calles del casco antiguo de Goteborg son una agradable mezcla de estilos arquitectónicos que van de los siglos XVII hasta nuestros días. Centro comercial en los tiempos vikingos, Goteborg fue sede del famoso comercio de la Compañía East India de China, y el edificio que la acogió en 1700 es hoy el museo de la ciudad. Pasear por sus calles es admirar con placer la arquitectura Art Nouveau. Hay muchas entradas gratuitas a muchos de los museos y atracciones. Os podéis informar en la Oficina de Turismo sita en la calle Kungsportplatsen, 2.
La Iglesia Masthugget fue construida en 1914, y se asienta en la cima de una montaña, sirviendo como faro para los buques que entran en el puerto. Su estilo es una maravillosa combinación de Art Nouveau y el arte tradicional de los países nórdicos. Observar en particular el tallado de los ángeles y los santos de la barandilla del coro.
Visitaremos en Goteborg también el Kontsmuseum o Museo de Arte. No creo que haya un museo más elegante ni más exquisito sobre los artistas nórdicos en toda Escandinavia. Aquí se exponen trabajos de artistas como Edvard Munch, Kroyer, Carl Larsson y Anders Zorn. Toda una galería está dedicada a la figura de Prince Eugen, un genio a la hora de captar la luz nórdica. El museo también muestra la galería Furstenberg, con trabajos de principios del siglo XX.
Nos acercamos ahora al Centro Marítimo, el museo de barcos más grande del mundo. Se pueden ver un destructor, un submarino y otras variedades de barco muy interesantes. Se halla en el puerto, concretamente en Packuskajen, un lugar indispensable de conocer.
Otro de los museos interesantes es el Museo Histórico, ubicado en el antiguo edificio de la India Oriental de 1760. Fue a partir de este edificio cuando los comerciantes se aventuraron a comercializar con China y otros puertos de Asia para traer y llevar especias, té, sedas, porcelanas y otros muebles de lujo. Este comercio fue la base de la riqueza de la ciudad. El museo cuenta con colecciones de antiguas reliquias vikingas, entre las que se incluyen impresionantes piezas de joyería y restos de embarcaciones.
Trädgårdsföreningen, por muy complicado que pueda parecer de pronunciar, es un precioso parque en el centro de la ciudad, una maravillosa manera de pasar la tarde. Y cuando estemos cansados de tantas visitas culturales, lo mejor es acercarse hasta Liseberg, el parque de atracciones en Goteborg. Es algo así como el mundo Disney, pero en nórdico.
Goteborg es un viaje peculiar que os encantará. Será conocer una nueva cultura, un estilo de vida diferente, unos paisajes maravillosos, y unas vistas del Mar Báltico y sus atardeceres posiblemente únicas en el mundo.
Foto 1: Vía Tripadvisor
Foto 2: Vía Virtoualtourist