La ciudad de Gandia, con sus 7 km de playa de arena fina es, desde hace unos años, uno de los lugares más concurridos de la costa valenciana. El núcleo urbano en sí está situado unos 2 km del puerto y las playas, hacia el interior, y cuenta con muchos rincones interesantes que podemos aprovechar para visitar mientras duren nuestras vacaciones. El verano es, sin duda, la estación en que a ciudad y sus alrededores se encuentran más llenos, llegando a triplicarse la población gracias a los turistas.
La oferta de apartamentos y hoteles en Gandia es muy amplia, y podemos encontrar sin mucha dificultar un alojamiento a nuestro gusto y que se ajuste a nuestro presupuesto, sea el que sea. Un buen momento para pasar unos días en la ciudad también puede ser la primavera y los primeros días de otoño, ya que el clima es suave y agradable y probablemente evitaremos las aglomeraciones que se pueden producir en los meses centrales del verano.
A parte del sol, la playa, la típica gastronomía de la zona y el ocio nocturno, una buena manera de descubrir la comarca de la Safor es hacer alguna de las rutas que nos llevan por los monasterios próximos, como el de San Jerónimo de Cotalba (Alfahuir), del s. XIV, el Convento del Corpus Christi en Llutxent, sede de la primera universidad valenciana; el Real Monasterio de Santa María de la Valldigna, el Convent d´Aigües Vives o el Monasterio de la Murta, ya en Alzira.
En la ciudad, de origen medieval, encontramos varios monumentos de interés que nos recuerdan su larga historia, como las tres torres que quedan de las antiguas murallas, la Iglesia de Santa María (s. XIV-XV), que cuenta con un interesante retablo, obra de Paolo de San Leocadio; el Palacio Ducal, la Casa natalicia de San Francisco de Borja, el Ayuntamiento, el Museo Arqueológico o la Ermita de Santa Ana, que acoge cada 24 de diciembre el célebre «Cant de la Sibil·la».
Foto: Alejandro Slocker