Si vamos de vacaciones Menorca sería un error concebir la isla como un turismo de sol y playa. La milenaria y cuidada cultura e historia de Menorca es otro de los grandes atractivos de esta isla de las Baleares, cultura propia y misteriosa que ha dejado vestigios que hacen que a uno le pique la curiosidad por lo que había ocurrido o existido en la antigüedad. No obstante, Menorca también es de monumentos más cercanos en el tiempo y habituales, es decir, monumentos del siglo XIX que nos muestran una era totalmente diferente a la de hoy pese a su cercanía en el tiempo.
Hoy comentaremos precisamente uno de los edificios singulares de este estilo, la Fortaleza de la mola. Ubicado en la bocana norte del puerto de Maó, posee una longitud qe 2 kilómetros y fue concebido como fortaleza defensiva. Levantado entre los años 1850 y 1875, se trata de uno de los lugares más bonitos y curiosos de la isla, de hecho se trata de uno de los mejores ejemplares de la isla en lo que se refiere a la arquitectura militar del siglo XIX. Su ubicación es estratégica pero a la vez bella, considerado como un gran representante del Patrimonio Histórico-Militar de las Islas Baleares y al estar ubicado en un entorno natural de primer orden, también uno de los lugares más fotogénicos de Menorca.
Su edificación tiene las raices en la fuerte presión de los británicos, los cuales pretendían volver a ocupar la isla para utilizarla como base de defensa contra los franceses. De hecho esta tensión marítima será una constante durante el siglo XIX, donde el Mediterráneo será disputado por los franceses e ingleses y donde Menorca siempre quedará en medio como ubicación estratégica.
La fortaleza de la Mola reordenó el sistema defensivo de la isla de Menorca e hizo coonstruir una serie de baterias costeras más allá de la fortificación amurallada que permitían defender la costa desde una distancia más remota de lo habitual. Así, con los enormes proyectiles que la innovación tecnológica de la época permitió llevar a cabo, la fortaleza pudo defender a cualquier tipo de invasor desde distancias más o menos largas.
Uno de los mejores momentos para visitar la fortaleza puede ser durante alguna de sus muchas actividades que se organizan. Desde aquí podemos conocer algo más de astronomía, fotografía, antigüedades y otras exposiciones, y si queremos conocerlo a nuestro aire, siempre podremos utilizar las audioguías que se ofrecen para una visita más libre.
Foto Vía: kpirirs