Florencia y el gelato, historia del helado italiano

Florencia y el gelato, historia del helado italiano 2

 

Ahora que se marcha el verano echo la vista atrás y evoco los recuerdos de estos días pasados. El sol, las playas, el placer de pasear tranquilamente, las terrazas… Pero creo que nada se compara con el suave sabor del gelato, el célebre helado italiano que este año pudimos disfrutar por las calles de Florencia.

Las calurosas plazas florentinas se abarrotan de turistas cada tarde, al amparo del sol, sentados en sus terrazas para probar el gelato italiano. Si reserváis vuestros hoteles en Florencia, este placer es casi comparable al que se puede sentir delante del David de Miguel Ángel o bajo la cúpula de la catedral (salvando las distancias, claro…)

Ya los antiguos chinos, griegos y romanos mitigaban los rigores del verano con productos elaborados a base del hielo y la nieve. Precisamente griegos y persas realizaban bebidas refrescantes a base de miel, fruta y limón, una receta que luego retomarían los árabes. Gracias a ellos se puede decir que llegó el sorbete, que en árabe significa nieve dulce, a toda Europa.

El gelato comienza a aparecer en Italia allá por el siglo XVI. Un hombre florentino, Ruggeri, fue el primer italiano que se hizo famoso gracias al gelato. Los Médici, gobernadores de Florencia, decidieron hacer un concurso para buscar al mejor cocinero de la Toscana. Aquel plato que fuera el más original se llevaría el premio. Ruggeri, que por aquel entonces se dedicaba a comerciar aves de corral, se presentó al concurso con un postre helado.

La corte florentina, cuenta la historia, se volvió loca con aquel plato. Tanto es asi que, Catalina de Médici, le encargó a Ruggeri su banquete de bodas. Incluyendo este postre en el banquete, Ruggeri se dio a conocer también entre los franceses. Así, gracias a aquel concurso de los Médici, y en especial al comerciante florentino Ruggeri, hoy podemos disfrutar del sabor especial del gelato italiano.

De esta forma, no podéis marcharos de Florencia sin saborear el mágico gusto de estos helados. Ya se sabe que esta magnífica ciudad es la cuna del Renacimiento, pero como veis también lo es del propio gelato italiano.

Foto Vía Travelpod