París bien merece la pena un viaje extenso, de varios días de duración. Pero, claro, a veces tan sólo tenemos la posibilidad de un fin de semana, y quizás pensamos que es demasiado poco. Nada de eso, para algo estamos nosotros aquí, para intentar mostraros que en sólo tres días podemos llevarnos el mejor de los recuerdos y las más gratas sensaciones de la capital francesa.
París es la ciudad de las luces, de los romances, del arte y la cultura. Para aquellos que la visitéis con un calendario un poco apretado, lo mejor que os puedo recomendar es compraros una tarjeta de metro válida para tres días. Así nos podremos mover con rapidez y no nos perderemos ni un sólo detalle.
Viernes
Nada más llegar, tenemos que dirigirnos rápidamente hacia el Museo del Louvre, para visitar la Mona Lisa o la gran cantidad de esculturas que allí hay. La expansión del museo provoca que necesitáramos más de un día para verlo, con lo que no os agobiéis y elegid algunos puntos claves para centrarnos en ellos. Los mapas del museo están disponibles a la entrada. La parada de metro del Louvre es la línea 1 amarilla o la número 7 rosa.
De allí nos iremos a los Campos Elíseos y el Arco del Triunfo, sólo a tres paradas de la línea 1 amarilla de metro. En ellos obtendremos una vista espectacular de París, incluyendo la Torre Eiffel en la distancia. Para sacarle el máximo provecho a esta parte de la ciudad hay que pasear por los jardines que rodean a los Campos Elíseos y acercarnos a las numerosas tiendas del camino.
El viernes no estaría completo si no visitamos la Torre Eiffel, icono de la ciudad. La vista desde la cima resulta impresionante sobre todo por la noche. Así os daréis cuenta de porqué a París se le llama la ciudad de la luz. De noche os ahorraréis también las largas colas que se forman a la entrada de la torre.
Sábado
Nada más levantarnos el sábado nos iremos a la Iglesia del Sagrado Corazón, situada en una colinas con vistas a París, lugar de una de las escenas más bonitas de la película de Amelie. Tenéis que visitar esta iglesia durante el día, sobre todo si vais con niños, ya que se encuentra cerca del barrio rojo parisino, con el Moulin Rouge. Es una zona muy cercana a la Gare du Nord, la estación de tren del norte.
Una vez visitado el Sagrado Corazón nos acercaremos al Museo de Orsay, antigua estación de ferrocarril con grandes relojes para recordar a los viajeros que su tren estaba a punto de salir. Su techo arqueado es similar al que se encuentra en la Gare du Nord. El museo cuenta con un brillante y espacioso lugar, y es famoso por su extensa colección de arte impresionista. Se puede llegar a él desde la línea C de color amarillo o desde la línea verde número 12.
Para concluir el sábado nada mejor que acercarnos a la Catedral de Notre Dame, sobre todo porque de noche es un lugar encantador para disfrutar de la cena en alguno de los muchos restaurantes que la rodean. Se puede llegar a ella desde varias estaciones de metro y se halla muy cerca de la estación de Chatelet. También está a una sola parada de metro del Museo de Orsay.
Domingo
El último día lo dedicamos a visitar el Palacio de Versalles. Desde París se puede tomar un tren regional que nos acercará en menos de una hora. Tanto el palacio como los jardines son exquisitos. Pasar la mañana paseando por los caminos arbolados salpicados de flores y fuentes.
Como véis, París es un lugar que podéis recorrer también en apenas un fin de semana. Una escapada así no vendría nada mal, ¿no creéis?. No esperes ni un segundo y ponte a buscar hoteles baratos en París y sorprende a tu pareja.
Foto 1: Vía Ambafrance
Foto 2: Vía Flickr