El otro día comenzábamos una de las rutas más interesantes de Lisboa, ruta que nos enseñará Lisboa en profundidad. La Mouraria, en Lisboa, es otra forma de conocer la ciudad si vamos a ella de vacaciones.
Habíamos dejado la ruta con una comida típicamente portuguesa. Pues bien, una vez descansados y con el estómago lleno podemos seguir caminando por calles y callejuelas. Encima del Largo de Santo Antonio se ubica la Sé Catedral, templo construido en el año 1147 y lugar donde podremos visitar el Tesoro de la Catedral y unas ruinas romanas. Si dejamos de lado la Catedral, podemos seguir subiendo por la Rua Augusto Rosa hasta uno de los miradores más hermosos de Lisboa, el Miradouro de Santa Luzia.
Tras deleitarnos con las vistas del Tajo y del hermoso Barrio de Alfama, seguiremos hasta el Castelo de S. Jorge, uno de los monumentos imprescindibles de Lisboa. Después de no parar de subir, la arquitectura nos ofrecerá una bella recompensa. Desde los jardines del castillo podremos seguir deleitándonos de las vistas de la capital portuguesa.
Una forma de salir de allí es ir girando hacia la izquierda por la bonita calle de Rua do Chao da Feira y el Largo Mor. Podemos hacer un descanso en la iglesia de Santa Luzia, aunque mejor es parar en el Largo das Portas do Sol, donde podremos admirar el paisaje y la conocida Fondación Ricardo Espirito Santo Silva.
Por último podemos acabar de descender por las escaleras del arco, que se sitúan hacia la derecha, y llegar a la iglesia do Largo de S. Miguel, por donde cogeremos el estrechísimo Beco do Carneiro y conoceremos la Iglesia do Largo de Estevâo. Si aún tenemos fuerzas, podemos seguir por la Rua dos Remédios y llegar al Largo do Chafariz de Dentro, es decir, a la Casa del Fado y la Guitarra Portuguesa.
En fin, una ruta larguísima que nos dará una idea global de la ciudad, una ciudad que ofrece con los brazos abiertos al visitante que quiere adentrarse en sus calles dejando la superficialidad.
Foto Vía: Miguel Vieira