Si aún no sabemos a donde ir en verano y encontramos ofertas de viajes hacia la India para las fechas que nos vayan bien no lo pensemos dos veces, India merece la pena. Más allá de ciudades míticas como Nueva Delhi y atracciones culturales o monumentales como el Taj Mahal, el país asiático también posee miles de lugares interesentantes más. No en vano es un subcontinente.
Hoy nos centraremos en uno de los monumentos más espectaculares de la India, a saber, el Templo Dorado de Amristar (estado de Panyab), ubicado en la ciudad de Amristar. Seguramente es uno de los edificios más espectaculares del mundo, pero a su vez es también uno de los exponentes más interesantes de la arquitectura religiosa india, concretamente de una religión conocida como Sijismo. Sus seguidores son denominados sijs y el Templo Dorado es como una especie de La Meca musulmana, y es que los sijs han de viajar al menos una vez en la vida a Amristar para orar.
El nombre original del Templo Dorado o Templo de Oro es Darbar Sahib. Para ellos el templo significa la apertura de su religión a todos los creyectos, hecho simbolizado por sus cuatro puertas abiertas. El templo, en su momento, fu levantado en un tranquilo lugar, alrededor de un lago en medio de un bosque. No obstante, tras la visita del conocido emperador Akbar, el entorno comenzó a transformarse y de pequeño municipio a todo un referente para los sijs. Por esta misma razón no ha dejado de recibir ataques y batallas a lo largo de su historia (comenzó a construirse en el año 1581), el último apenas hace 20 años.
Se trata de una maravilla arquitectónica, no sólo el templo sino todo su entorno, lleno de museos, placas conmemorativas y se puede entrar sin ningún problema para nadie independientemente de la religión, sexo o edad. Eso sí, por respeto tendremos que llevar un vestido adecuado, descalzos y con la cabeza cubierta.
En fin, uno de los templos más interesantes de la India más allá del Taj Mahal que apenas se ubica a 300 kilómetros de Nueva Delhi, por lo que podremos llegar tanto en coche alquilado como en los típicos ferrocarriles indios.
Foto Vía: Arian Zwegers