De tan atrapados que están en la sensualidad y en la emoción de una ciudad como Nueva York, la mayoría de sus turistas se quedan sin aventurarse por el río Hudson. Un lugar de naturaleza verde y exuberante, un valle ondulado lleno de históricas mansiones que suelen albergar diferentes instituciones culturales, grandes extensiones de bosques y pequeños pueblos en donde se recoge una curiosa mezcla de la cultura más tradicional y sofisticada de los Estados Unidos.
Una ruta esta que serpentea por el Hudson de algo más de doscientos kilómetros y que nos conduce desde la propia ciudad de Nueva York hasta Albany, la capital del estado. Te propongo alquilar un coche y disfrutar de este pequeño recorrido que puede hacerse fácilmente en un día. De esta manera descubres un paisaje diferente, alejado del bullicio de la ciudad de los rascacielos. Será, sin duda, tu viaje a Nueva York más barato que nunca.
Si partimos de Nueva York hacia el norte, una de las primeras ciudades que nos vamos a encontrar es Tarrytown. Cuenta con varios sitios de interés, como Sunnyside, la pequeña casa de campo junto al río del siglo XVII en la que vivió Washington Irvine; Lyndhurst, uno de los castillos góticos más espectaculares de Estados Unidos; o Kykuit, una finca solariega construida en 1913 por el famoso Rockefeller, quien en aquella época era gobernador de Nueva York.
Un poco más al norte se halla la ciudad de Hyde Park, cuyos orígenes se sitúan en el siglo XVIII. Aquí es famoso Springwood, residencia familiar del presidente Roosevelt, hoy convertida también en un pequeño museo sobre la historia del Estados Unidos de principios del siglo XX. Cerca de esta residencia se hallan Val-Kill, otra de las casas en las que vivió el ex-presidente, y Staatsburg, una enorme mansión del siglo XIX con preciosas vistas al río.
Una de las ciudades que los neoyorquinos suelen visitar los fines de semana es Rhinebeck. En este enclave de hermosa arquitectura victoriana, se encuentra Beekman Arms, considerada la posada más antigua de América. También hay que destacar Wilderstein, la mansión de un amigo cercano a Roosevelt, y el Viejo Aeródromo de Rhinebeck, un curioso museo, abierto desde mediados de junio y hasta mediados de octubre, en el que pueden verse algunos aparatos aéreos de la Primera Guerra Mundial.
Muy al estilo de Rhinebeck es Red Hook, conocida por Montgomery Place, una histórica mansión de principios del siglo XIX que cuenta a su vez con un maravilloso jardín. Hay otros edificios de gran interés en esta ciudad, tales como Bard College o el Fisher Center para las Artes Escénicas, diseñado por el prestigioso arquitecto Frank Gehry.
Por último se llega hasta la propia ciudad de Hudson, otrora refugio ballenero y hoy un destino de descanso de la clase alta de Manhattan. Una pequeña ciudad de tiendas de antigüedades, boutiques de lujo y restaurantes. Su principal atractivo es Olana, una hermosa finca del siglo XIX encaramada en una colina al sur de la ciudad. El mejor lugar para acabar nuestra ruta y disfrutar de las vistas del Hudson y sus maravillosos paisajes.
Foto Vía Scenic Hudson