El Parque Natural de los Elefantes en el valle de Mae Taeng, al norte de Tailandia, es el hogar de más de treinta elefantes asiáticos. La visita a este parque se puede iniciar en el mercado de alimentos de Chiang Mai. Allí podemos comprar frutas para luego dar de comer a los animales, y es que los elefantes comen al día un diez por ciento de su peso, es decir, alrededor de 200 kilos, lo que, claro, significa un montón de plátanos, sandías y piñas. Desde allí, podemos tomar un autobús, aunque lo mejor es alquilar un coche y hacer el trayecto en hora y media.
El Parque es un auténtico santuario para estos elefantes. A pesar de que estos animales siempre han desempeñado un papel central en la cultura tailandesa y en su vida religiosa, en ocasiones muchos de ellos han sufrido abusos por parte de los hombres. Por tanto, aquí en este parque no sólo viven, sino que también son cuidados.
Muchos de los elefantes que viven aquí no han tenido que digamos muy buenas experiencias con los humanos. Por lo que muchas veces no es demasiado aconsejable acercarse a ellos ya que, aunque estén acostumbrados a estar con los humanos, no lo han pasado demasiado bien con ellos y aún tienen su instinto animal.
Si bien no podemos montar los elefantes, sí podemos verlos comer junto al cuidador. Nos acercaremos a ellos sobre todo a la hora del baño, cuando se meten en el río junto con los cuidadores para recibir un tremendo cepillado en el que podemos colaborar.
Por la tarde podemos visitar a los bebés elefantes, aunque antes los cuidadores tendrán que distraer a las madres con una buena pila de bambú. Cuando la madre haya terminado con el bambú, lo mejor es irnos retirando antes de que piense de que no sólo estamos allí para fotografiar a su bebé.
Es posible visitar el parque en un día e incluso, después de un cursillo, trabajar como voluntario. Para más información podéis visitar la página de la Elephant Nature Foundation, o las oficinas de la propia Fundación en Chiang Mai.
Foto: Vía Bring Elephant