¿Qué tiene Asturias que tanto nos encanta?. Podríamos dedicarle muchas, muchas líneas a un rincón como este. Playas, paisajes, montañas, verdes prados, pueblos con encanto que se pierden entre el turismo rural y el turismo de verano, y grandes tesoros por descubrir. Es la emoción de viajar a uno de esos lugares en donde, a la vuelta de la esquina, la sorpresa parece esperarnos con acento bable.
Hay una zona de Asturias que siempre nos ha maravillado. Se trata del Oriente de Asturias, un verdadero paraíso que, y ahí está la sorpresa que siempre nos salta juguetona en Asturias, esconde el Paraíso Rupestre. ¿El Paraíso Rupestre?. Sí, sí… Asturias alberga un verdadero legado y tesoro de cuevas prehistóricas en donde descubrir quizás una de las mejores manifestaciones artísticas prehistóricas de Europa y del mundo.
Tenemos la suerte de que en Asturias han sabido potenciar este enorme legado, con la creación de una serie de centros que os acercarán a la historia y a los diversos yacimientos encontrados en la zona. Y es que el Oriente de Asturias no se merecía menos. Tanto es así que han creado un entrañable personaje para hacernos mucho más ameno nuestro viaje a la prehistoria asturiana: el Pintor Rupestre.
Este Pintor Rupestre nos acercará a lugares tan interesantes como el Hábitat Rupestre y del Karst, el Ídolo de Peña Tú, la Cueva de Llonín, la de Loja, el Centro de Interpretación de San Emeterio, la Cueva del Pindal, el Aula Didáctica Tito Bustillo, la Cueva de Tito Bustillo, el Aula de Interpretación del Ídolo de Peña Tú, el Dolmen de la Santa Cruz, la Cueva del Buxu y la Cuevona de Ardines.
Un viaje maravilloso a la Asturias prehistórica de hace 40.000 años. ¿Cómo no detenernos en la Cueva de Tito Bustillo para contemplar sus 700 metros de arte magdaleniense?. Pinturas de animales, caballos, bisontes, cabras, renos… Parece como si en cualquier momento, de las profundidades de aquellas cuevas, va a salir nuestro verdadero pintor a explicarnos cómo logra hacer esas maravillas.
Y como Asturias no se detiene sólamente en sus maravillosas pinturas rupestres, nuestro querido pintor comenzará a hacernos referencia a las múltiples actividades de ocio que podemos encontrar en la zona. Con tantas cuevas, no podía faltar la espeleología, o con las formaciones rocosas existentes, practicar algo de barranquismo. Y mucho más, como los clásicos descensos en canoa, que tanto gustan en Asturias, piragüismo, rutas a caballo…
Después de esta apasionante oferta cultural que nos ofrece Asturias, que parece imperdonable perderse, lo que nos queda es conocer su gastronomía, porque, con tantas cosas por hacer, es imposible que no nos entre algo de hambre. ¿A que os suenan los quesos de Asturias?. Con esos prados tan verdes y maravillosos, huelga decir que pueden ser los mejores quesos del mundo. Y los festivales de la avellana, las castañas, las fabes… riquísimo…
Fijaros hasta qué puntos está pensado de bien el turismo en Asturias, que nuestro pintor, a pesar de los años y las canas que a buen seguro va peinando ya, se apunta a las nuevas tecnologías, y nos invita a que lo sigamos en las redes sociales de Facebook y Twitter. Así cualquiera, ¿no?.
Yo particularmente sabía del enorme interés que encerraba Asturias, de sus paisajes, de sus playas, de sus pueblos agarraditos a la costa. Lo que no imaginaba era lo que guarda el Oriente de Asturias, un legado riquísimo, de incalculable valor, que no deberíamos perdernos por nada del mundo. ¿Un fin de semana en Asturias?, ¿un recorrido turístico por el Paraíso Rupestre?, ¿no creéis que por algo escogerían estos pintores de 40.000 años un paraíso como Asturias?. No sólo lo apuntamos, sino que nos lo prometemos.