Cualquier época del año es estupenda para poder visitar uno de los monumentos más especiales e importantes de la ciudad de Granada. Nos estamos refiriendo al Palacio de Carlos V, que se halla enclavado en la misma cima donde se sitúa la majestuosa, sorprendente y fascinante Alhambra.
El rey Carlos I, conocido como Carlos V de Alemania, fue quien ordenó llevar a cabo la construcción de esta edificación a raíz de lo maravillado que quedó de la estancia que paso en la mencionada edificación musulmana. Durante un tiempo vivió en ella con su esposa (Isabel de Portugal) y juntos decidieron que en ese mismo enclave se levantara el palacio citado para poder establecer allí su residencia.
Así, en el año 1527 se ponen en marcha las obras de las que se encarga el famoso arquitecto toledano Pedro Machuca que decidió que el estilo de aquel sería manierista. Un palacio que se enmarcaría muy cerca del famoso Patio de los Arrayanes, uno de los más conocidos y bellos de cuantos conforman la alhambra.
Muchos son los rincones que merece la pena descubrir en este Palacio de Carlos V de Granada, no obstante, sin duda alguna, el más espectacular que posee es su patio. Se trata concretamente de un patio circular de dos pisos donde toman protagonismo sus columnas jónicas y dóricas.
Actualmente muchos son los turistas que llegan a la ciudad granadina dispuestos a descubrir in situ dicha edificación palaciega que en la actualidad ejercer como museo, concretamente, funciona como Museo de Bellas Artes. Un centro cultural de primer orden donde pueden admirarse obras de gran valor pertenecientes a grandes figuras del mundo de la pintura o la escultura como, por ejemplo, Alonso Cano o Juan Sánchez Cotán.