Roma es la Ciudad Eterna por muchos motivos. La asociamos rápidamente con la civilización romana, de ahí que su carácter de eternidad entronque perfectamente con nuestra faceta de turistas. Sus calles, plazas y monumentos nos llevan en un interminable viaje en el tiempo hasta el corazón mismo de aquel universo de intrigas y emperadores. Nada mejor que acudir a la web de Oh Rome para encontrar nuestro alojamiento en la ciudad y disfrutar de ella.
Sin embargo Roma es mucho más. Hay otros atractivos más contemporáneos, recuerdos de una ciudad cercana. Es lo que podemos comprobar si nos dejamos llevar por la imponente belleza del Monumento a Víctor Manuel II, conocido también como el Vittoriale. Está situado entre la Piazza Venecia y la Colina Capitolina, y evoca la figura de Victor Manuel II, el primer rey de la Italia unificada.
Este monumento fue diseñado por Giuseppe Sacconi a finales del siglo XIX, aunque no se terminó de construir hasta 1927. Como muchos otros monumentos en Roma, está construido en mármol blanco y cuenta con majestuosas escaleras, columnas corintias, varias fuentes simbolizando el Adriático y el Tirreno, esculturas del rey Victor Manuel II y dos estatuas de la diosa Victoria y sus cuádrigas, además de la tumba al Soldado Desconocido, colocada tras la Segunda Guerra Mundial.
A primera vista es un monumento espectacular, ya que cuenta con 135 metros de ancho y 70 de altura. Frente al edificio una magnífica estatua ecuestre de Victor Manuel II y las dos cuádrigas. Pero posiblemente lo mejor de todo sean las magníficas vistas que se pueden disfrutar desde el monumento. Hay ascensores panorámicos que os llevan a la cima. Al atardecer la panorámica de Roma es maravillosa.
Actualmente en el interior del monumento se encuentran el Instituto para la Historia del Risorgimento italiano y el Museo Central del Risorgimento. Este museo está dedicado a la historia de la unificación italiana. En su colección veremos banderas, armas y otras piezas y objetos de la época.
No es uno de los monumentos más conocidos de la ciudad, pero os recomiendo la visita especialmente por las vistas que tendréis de Roma, sobre todo del Coliseo. Merece la pena dejarlo para la última visita de la tarde y disfrutar de la panorámica.
Foto Vía Temporarily Lost