Kenia es un país con una riqueza cultural y paisajística fuera de toda duda. Turísticamente hablando, siempre que se piensa en un viaje a Kenia se nos vienen a la mente imágenes de los clásicos safaris fotográficos. Pero Kenia es mucho más, aunque su naturaleza, con playas vírgenes y tropicales y los territorios masai, forman parte indisoluble de su esencia.
Una de las joyas naturales de este país es su conocido Lago Baringo, situado en el corazón de Kenia, en el Valle del Rift. Hay que decir que Kenia está plagada de grandes lagos, y este de Baringo cuenta con una superficie de 130 kilómetros cuadrados y una profundidad máxima de 970 metros. Hasta él llegan ríos como el Molo, el Pelkerra y el Ol Arabel.
De este Valle del Rift es, junto con el Lago Naivasha, situado cerca de Nairobi, la capital, el único de agua dulce del valle. Rodeado por las colinas de Tugen y la Sierra de Laikipia, el Lago Baringo se ha convertido en los últimos años en un destino popular para los amantes de la fauna y la naturaleza. Sin ir más lejos, hasta él vienen a anidar todos los años más de 450 especies de aves, entre ellas los llamativos flamencos.
Junto a las aves, el lago cuenta con un total de siete especies de peces, así como hipopótamos, cocodrilos (aunque estos no demasiado grandes y, según los lugareños, inofensivos) y otros mamíferos y reptiles. Eso sí, en los últimos años las grandes temporadas de sequía en Kenia han provocado que los niveles de agua hayan disminuido en exceso, y el lago haya adquirido, en parte, un color turbio debido a los sedimentos del fondo.
Para llegar hasta él hay que situarnos en el pueblo de Njemp, situado muy cerca del lago y a unos 275 kilómetros al norte de Nairobi. Desde este pueblo se organizan visitas guiadas para conocer la fauna del lago, además de organizar visitas para acercarnos a la cultura y los bailes tradiciones del Valle del Rift. No son muchos los turistas que se dejan ver por aquí ya que aún es una zona que está fuera de los itinerarios principales.
Sin embargo resulta un verdadero placer disfrutar de la calma que produce este lago y su entorno natural. Hay incluso visitas guiadas durante la noche, que es el momento en el que los hipopótamos asoman su hocico para producir un ruido que se vuelve mágico en el silencio de la noche. También se organizan excursiones en bote para acercarnos mucho más a su fauna diversa.
Foto Vía Travelpod