El encanto y la magia de Brno

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Praga es la ciudad más visitada de la República Checa pues cuenta con un conjunto de atractivos artísticos que atraen a multitud de viajeros de todo el mundo. Sin embargo, hay otra urbe en el país llamada Brno, capital de la región de Moravia, que nada tiene que envidiar a la capital checa.

Y es que esta urbe, que se pronuncia Berno, a pesar de ser pequeña tiene el privilegio de contar con un impresionante número de monumentos que le otorgan un encanto especial. Por eso, no hay que desaprovechar la oportunidad de conocerla in situ, de admirar aquellos, de disfrutar de sus precios baratos y de dejarse encandilar por lo viva que está gracias a la multitud de estudiantes que en ella residen.

Estos son algunos de los rincones que merece la pena visitar:

Monasterio de Staré Brnno. En el periodo comprendido entre los siglos XIV y XV tiene su origen esta abadía que anualmente recibe a muchos curiosos dispuestos a conocer la misma por haber sido precisamente la residencia de Mendel durante unos años. Un lugar donde además llevó a cabo, gracias a los guisantes del huerto, su famosa teoría de las leyes de herencia.

Villa Tugendhat. Como Patrimonio de la Humanidad está catalogada esta construcción que fue realizada en el año 1928 por el maestro Mies van der Rohe. Una auténtica joya de la arquitectura modernista es esta que marcó un punto de referencia en el citado sector pues ya en aquel momento incluía adelantos tales como un sistema de calefacción o motores eléctricos para subir y bajar las persianas.

Antiguo Ayuntamiento. Otro de los monumentos más significativos de Brno es este que se construyó en el siglo XIII, lo que le convierte en la edificación civil más antigua que existe en la ciudad.

La Plaza del Mercado de la Verdura, la Catedral de San Pedro y San Pablo, o la Iglesia de San Jacobo son otros de los espacios más interesantes de esta urbe checa llena de encanto y magia.