En el caso de que próximamente vayas a visitar Madrid y te encuentres organizando todos los artículos de viajes que vas a necesitar, te recomendamos que en tu agenda o guía para moverte por la ciudad incluyas una parada muy concreta. Nos estamos refiriendo a la Taberna Antonio Sánchez.
En el pintoresco barrio de Lavapiés, y concretamente en la mítica calle Mesón de Paredes, es donde se encuentra situado este establecimiento que tiene el privilegio de ser el más antiguo de cuantos han conseguido conservar su estructura y apariencia.
En el año 1830, e incluso algunos dictaminan que antes, fue cuando abrió sus puertas esta taberna que es conocida también por el nombre de Taberna de los Tres Siglos. Su primer dueño fue el matador de toros Colita y a él le seguirían otros propietarios más hasta que llegó a manos de un comerciante de vinos de Valdepeñas que la rebautizó. Concretamente le dio el nombre de su hijo: el torero Antonio Sánchez.
Esa esencia taurina se ve reflejada en muchos rincones del local madrileño pues existen desde cabezas de toro disecadas hasta carteles taurinos o fotografías de algunos de los matadores más conocidos de la historia.
Pero este bar, ideal para tomar unos vinos y una exquisita gastronomía local, es mucho más. En él se encierran otros muchos tesoros como una caja registradora de más de un siglo de vida, herramientas que se utilizaban para elaborar el vino de consagrar, baldosas originales e incluso bancas de madera de gran valor.
Por todos estos motivos merece la pena conocer la Taberna Antonio Sánchez de Madrid, pero también porque en ella se respira el ambiente acogedor e íntimo que encontraron grandes artistas de nuestro país como el pintor Ignacio Zuloaga, que era un habitual de este local y que precisamente en él realizó su última exposición.
Además tampoco hay que olvidar que el establecimiento se convierte en protagonista de la obra “Historia de una taberna”, escrita en 1945 por Antonio Díaz-Cañabate.