El Castillo de Heidelberg es uno de los monumentos más visitados de toda Alemania. Está situado en la montaña de Konigstuhl, 550 metros por encima de la ciudad de Heidelberg. Desde sus almenas tendremos unas fabulosas vistas del río Neckar, el casco antiguo de la ciudad y el valle del Rhin. Heidelberg tiene una población de 140.000 habitantes, de los cuales, 34.000 son estudiantes.
Lo mejor para visitarlo es buscar un buen alquiler de coches, y dirigirnos a este célebre castillo. Tan famoso que, ya Mark Twain en 1880, lo citó en uno de sus libros. Los orígenes de la fortaleza se remontan al siglo XIII. Ruperto I, quien también fundó la Universidad de Heidelberg en 1386, estableció su base de poder en el Palatinado. El castillo fue destruido varias veces durante la Guerra de los 30 Años y la Guerra de Sucesión del Palatinado.
En 1693 fue completamente destruido, saqueado e incendiado por el ejército francés. Los esfuerzos de reconstrucción fueron abandonados cuando el castillo fue alcanzado por un rayo cien años después. Incluso hubo un tiempo en el que se convirtió en una cantera, cuando sus piedras de arenisca roja eran ideales para construir nuevas casas.
Durante la época romántica del siglo XIX, una serie de poetas y escritores, entre ellos Holderlin y Goethe, inmortalizaron las ruinas del castillo en sus poemas y novelas.
Se puede subir a pie las 300 escaleras hasta el castillo, o bien tomar el funicular desde el centro de Heidelberg hasta la fortaleza. El funicular conduce hasta la cumbre de la montaña de Konigstuhl, con una parada intermedia, que es la del castillo.
Una vez en el Castillo de Heidelberg hay visitas guiadas que se hacen en inglés y alemán cada hora. También tenéis audio guías. Las visitas guiadas, tanto en grupos como individuales se pueden reservar por adelantado. En el castillo podéis visitar el Museo de Farmacia Alemán, con una colección de más de veinte mil objetos, que cubren más de dos mil años de historia de la farmacia en Europa.
Visita curiosa es la que podemos hacer al Heidelberg Tun, un barril de vino gigantesco, construido en 1751 por el Príncipe Karl Theodor, con el fin de recoger el impuesto de vino que tenía con los habitantes del Palatinado. Puede albergar hasta 220.000 litros de vino.
Os recomendamos visitar el Castillo de Heidelberg en verano, ya que, durante esa época, y por tres veces, el castillo se ilumina por la noche con fuegos artificiales. Esto ocurre el primer sábado de junio y septiembre y el segundo sábado de julio, es decir los próximos 5 de junio, 10 de julio y 4 de septiembre del 2010. Esta iluminación conmemora las tres veces que fue incendiado, en 1689, 1693 y 1764.
Miles de turistas se acercan aquí cada año por estas fechas para ver los fuegos artificiales del Castillo de Heidelberg. El día de los fuegos se celebra un concierto, a partir de las 18.15 horas, en la Iglesia del Espíritu Santo de Heidelberg.
Foto 1 Vía Nakastravel
Foto 2 Vía Jschumacher