
El Callejón del Oro (Zlata ulicka en checo) es uno de los rincones más bonitos y pintorescos de Praga. Situado en el distrito del castillo, se trata de una antigua calle que data del siglo XV y que está formada por once casas dentro de las cuales se recrea la vida que los artesanos de la ciudad llevaban en la Edad Media. En la segunda planta de estas viviendas hay exposiciones de armas y prendas medievales.
Este callejón fue creado cuando se añadió un nuevo muro al norte del complejo del castillo ya existente. Su nombre alude a los artesanos de oro que vivían en él, en su mayoría sirvientes de los señores del castillo, y en su origen las casas eran mucho más pequeñas que las que puedes ver ahora. Con el tiempo, y tras el mal estado de las mismas, se rehabilitaron en las que existen en la actualidad. Descubre los encantos de Praga haz tu reserva de tu viaje a Praga aquí y no te quedes sin pasear por este enclave.
Precisamente la zona norte de las murallas se utilizó para la construcción de una serie de viviendas modestas, que son hoy uno de los últimos ejemplos de la arquitectura antigua situada a los pies del castillo. Estas casas estuvieron ocupadas hasta la Segunda Guerra Mundial, aunque el inquilino más famoso fue el escritor Frank Kafka, quien vivió en el número 22 entre 1916 y 1917. De todas ellas solo el número 13 está en su estado original.
Casas de piedra, barro y madera que fueron construidas curiosamente sin ventanas hacia el castillo para que los residentes de las mismas no las arrendaran a otros y estos pudieran vigilar la fortaleza.
– Información adicional
- Horarios: El Callejón del Oro abre de 09.00 a 17.00 de abril a octubre y hasta las 16.00 horas de noviembre a marzo.
Para entrar en el Callejón del Oro hay que pagar entrada, aunque en el precio del billete va incluida la visita al Castillo de Praga (la visita corta tiene un precio de 9 euros y la más larga 12)
– Cómo llegar
Para llegar hasta aquí puedes tomar el tranvía 22 o 23 o bien el metro. También puedes ir a pie partiendo del Puente de Carlos y a través de la calle Nerudova.
Foto Vía Prague