La primera vez que viajé a México lo hice a la Riviera Maya. Ese típico viaje de relax e íntimo que andas buscando, a disfrutar de los colores y el sabor de un paraíso difícil de igualar. En la maleta solo llevas la idea de tumbarte al sol, ponerte a ser posible moreno para dar envidia a los amigos y hacer uso a todas horas del todo incluido de tu hotel. Pero una vez allí te das cuenta que la Riviera Maya es mucho, mucho más.
Y no con ello me refiero a sus destinos más conocidos, como pueden ser Tulum, Akumal o Puerto Morelos entre otros, sino también a esos otros pequeños detalles que se nos escapan y que no suelen aparecer en las guías de viajes. Si estáis buscando viajes a Riviera Maya ofertas os quiero contar algunos secretos que os animarán a desear ya la llegada de vuestras vacaciones.
En primer lugar recuerdo la amabilidad y la hospitalidad de la gente de aquí. Están acostumbrados a recibir a miles y miles de turistas al año. Viven por y para el turismo y eso se nota. En el hotel, en los guías, en las actividades que se realizan, en todo. Le ponen un esmero y un cariño que tal vez no esperas. Al menos mi experiencia fue esa, imagino que habrá de todo.
Otra de las imágenes que me vienen a la mente al recordar la Riviera Maya es el color turquesa de sus aguas. Un recepcionista de mi hotel me dijo que hasta que no estás aquí no descubres la definición más perfecta del color del mar. Esto hace que, aunque no lo hayas probado nunca ni pensabas que lo ibas a hacer, te apuntes a un curso de submarinismo para descubrir todos los tesoros de las profundidades marinas. La mezcla de colores del agua y los peces exóticos es una delicia.
La Riviera Maya tendrá siempre para mí sabor a daiquiri. Al atardecer, frente a una playa de palmeras y cocoteros, viendo como el sol se derrama sobre el agua y con esta bebida. Te da la sensación de que el tiempo se ha detenido, de que estás completamente solo en el mundo y que todo ese paisaje que estás viendo es para ti. Luego vuelves al hotel y te pides otro, al borde de la piscina, para darte un chapuzón bajo las estrellas.
Y las iguanas correteando por la arena de la playa, suave y formada por pequeños fragmentos de arrecife coralino, y los mercadillos tradicionales con sus mujeres vistiendo los trajes típicos, y los restaurantes de gastronomía local para llevarnos el mejor sabor de México…
¿Veis como la Riviera Maya sí que es mucho más? No lo dudéis, es el viaje perfecto. No os perdáis ningún detalle…
Foto Vía Caribe Cool