Es bonita y bella en todos los meses del año. Menorca nos regala paisajes realmente atractivos, protagonizados por sus hermosas calas y rocas abruptas. La isla es un despertar para los sentidos. Es conocida como la isla de la calma y en ella nos sumergimos.
Además de tu billete de avión, no te olvides que tienes a tu alcance una gran cantidad de Hoteles en Menorca que reservar por toda la isla. Rurales, al lado del mar, con historia, típicos con decoración balear y grandes resorts donde no falta de nada. Nadie mejor que tu para elegir y saber lo que quieres.
Recomendamos otros rincones para explorar. Por ejemplo, Ciutadella, la capital y población más grande, esconde torres y faros que pueden ser visitados: castillo y torre de Sant Nicolau y el Faro de Punta Nati. Fortificaciones que antigüamentede servían de defensa. También son reconocibles los yacimientos arqueológicos, como la Torre Llafuda, entre otros, que todavía conservan curiosamente poblados de cómo vivían en la prehistoria.
No hace falta bañarse para redescubrir sus calas. El deporte naútico nos lleva al interior de sus cuevas, con embarcaciones para conocer de cerca estas maravillas realizadas por las erosiones del mar, gracias a la sabia naturaleza. Siempre es mejor dotarse de guías especializados y reservar tus excursiones a estos lugares porque te explican de primera mano cada rincón y cómo se formó.
Son de merecer conocer de cerca algunas de las calas más conocidas, como Cala Escorxada, que durante el otoño cuenta con pocos turistas y es perfecta para perdernos con nuestra pareja. Buena compañía, aguas azules transparentes, algunas rocas y mucha tranquilidad. Perfecto para desconectar.
Todo un contraste si te gustan los deportes de riesgo. Pues hay mares totalmente indicados para la práctica del surf, el submarinismo, la vela, la pesca… emociones fuertes en un entorno de película. ¿Alguien da más?
Foto: kde-head