Pasear por sus calles y descubrir el encanto medieval que tiene Tallín, capital de Estonia, es lo que realizan todos los turistas que, por primera vez, pisan esta tierra. No obstante, no hay que pasar por alto el hecho de que en esta ciudad tampoco se puede perder la oportunidad de descubrir el interesante conjunto de museos que existen.
Se trata de centros culturales de muy diversa tipología que tienen algo en común: no dejan indiferente a nadie.
Entre esos espacios más significativos destacaríamos los siguientes:
- Museo al Aire Libre. Quienes sean unos amantes de la arquitectura tienen que visitar de manera obligatoria este lugar, que permite conocer de primera mano cómo ha ido evolucionando la construcción en la urbe en particular, y en el país en general. Una capilla, un mesón o un molino son algunas de las edificaciones que pueden contemplarse en este centro que abrió sus puertas en la década de los años 50 y que está situado en Rocca al Mare.
- Casa Museo Pedro el Grande. Uno de los zares más importantes de la historia fue este, Pedro I, que tiene mucha presencia en Tallín. Y es que precisamente era en este edificio donde tenía su residencia en las distintas estancias que aquí pasaba. En el parque Kadriorg, donde también se encuentra el Museo Tammsaare, se halla ubicado aquel que permite admirar objetos personales del citado personaje.
- Museo de la Ciudad. Para poder conocer a fondo la ciudad de Tallín, su pasado y su presente, nada mejor que visitar este espacio que se halla en pleno centro. Y es que en él, a través de muebles y objetos de distinta tipología, se realiza un profundo recorrido por la historia de la capital estona desde el siglo XIII hasta nuestros días.