Esta ciudad brasileña es la capital del estado de Paraná, estado ubicado en el sureste de Brasil.
No es una de las «ciudades estrella» de este gran país, pero tiene muchísimas atracciones para los amantes del medioambiente, el arte y la cultura (y que muchas grandes ciudades ya quisieran para sí).
Curitiba está considerada como una de las ciudades que mejor ha llevado a cabo su gestión ambiental en Latinoamérica; así lo corroboran su increíble sistema de transportes, la cantidad de árboles que tiene la ciudad o su manifiesta preocupación por todo lo relacionado con el medioambiente.
Otra de las bondades de Curitiba es el ambiente y la cultura que se respiran allí; en sus teatros, museos, calles y plazas.
La ciudad acoge un importante festival de teatro en el mes de julio y cuenta con uno de los mayores teatros de Sudamérica, el Teatro Guaíra. De todas formas, éste no es el único de la ciudad, también están el Teatro Paiol, la Ópera de Arame (hecha de arcos de metal y plicarbonato transparente; imagináos el lugar…), el Teatro de Reitoria, el Teatro Montenegro o el Teatro Lala Schneider.
Sus edificios tampoco están exentos de la originalidad de la arquitectura curitibana. Cabe destacar la Universidad Libre del Medio Ambiente, edificio fabricado de maderos reciclados que se ubican en torno a una circulación en espiral. También llaman la atención las pequeñas bibliotecas vecinales llamadas Los Faros del Saber.
Pero si hay algún edificio que destaque entre el resto, éste es el Museo Oscar Niemeyer; se trata de una impresionante estructura creada por el centenario y siempre sorprendente arquitecto brasileño. El museo en cuestión está dedicado a las artes plásticas.
Curitiba os sorprenderá, ofrece una visión bastante diferente y alternativa de lo que es una ciudad latinoamericana actual…