Una de las actividades imprescindibles que debéis hacer en Nueva York es dar una vuelta en crucero. Desde el mar la panorámica que se tiene de la ciudad es sencillamente impresionante. La Estatua de la Libertad, los rascacielos iluminados durante la noche, la sensación de estar en una de las ciudades más mágicas del planeta…
Una vez que hayáis reservado vuestros hoteles en alguna página como esta, lo interesante sería organizar lo que vais a hacer en la ciudad. En cuanto al crucero lo más recomendable es planificarlo para la tarde noche. Así podéis ver desde el mar la ciudad tanto de día como completamente iluminada. Impresiona ver cómo la urbe se va encendiendo poco a poco hasta que estalla de luz en su totalidad.
En Nueva York tenéis el ferry que os lleva a Staten Island para ver la Estatua de la Libertad. Sin embargo, con la City Pass, la tarjeta turística que os vale para ahorrar dinero en las visitas y el transporte, os ofrecen un crucero de dos horas con la compañía Circle Line. Es una opción fantástica, aunque haya que saber algunos detalles.
En primer lugar lo mejor es llegar con bastante antelación (al menos media hora) al muelle, ya que así tendréis la oportunidad de elegir sitio en la cubierta. Si es temporada alta posiblemente en el crucero haya muchos turistas y la visión no sería la misma. Por otro lado, hay quien prefiere hacer la reserva con antelación a través de internet, o bien allí mismo. No la hagáis con mucha anticipación para consultar qué tiempo hará esos días.
Desde los cruceros de Circle Line se observa perfectamente la Estatua de la Libertad, Manhattan, Nueva Jersey… Es otra panorámica completamente diferente. Además un guía turístico va relatando en inglés todo lo que vemos, parando los motores en algunas ocasiones para tener una visión más relajada.
Hay cruceros de una, dos y tres horas, dependiendo del tiempo que tengáis y de lo que queráis pagar. La opción general que se suele contratar es el crucero de dos horas, tiempo de sobra para ver Nueva York desde el mar, la Estatua de la Libertad y Nueva Jersey. Y, siempre que podáis, concertad el crucero de la tarde noche para ver la magia de la ciudad iluminada.
¿El único pero? La cena, a modo de buffet. Muchísima gente, poca variedad y no hay grandes cantidades. Otro detalle: si hacéis el crucero en invierno, abrigaos bien porque hace bastante frío. Por lo demás, disfrutad del paisaje y preparad la cámara de fotos.
Foto Vía Mygola