El puerto de Montreal es uno de los más antiguos e importantes de Canadá. Lo curioso del caso es que se encuentra a más de 1.600 kilómetros del océano, pero eso no quita que frecuentemente sean muchos los cruceros que, al cabo del día, entren y salgan de la ciudad. Hoy hacer un pequeño crucero por Montreal se ha convertido en una de las atracciones turísticas que despiertan mayor interés.
A orillas del río San Lorenzo, la mayoría de cruceros que llegan a Montreal lo hacen procedentes de Nueva York. Ambas ciudades están separadas por unos 600 kilómetros, de ahí que la travesía sea una magnífica excursión para pasar unos días de ensueño. Pero, si estáis mirando vuestros vuelos a Montreal online y no disponéis de mucho tiempo, también se pueden hacer incluso pequeños cruceros de un solo día o simplemente para dar un paseo romántico.
Un crucero de noche al abrigo de las luces de los rascacielos de la ciudad es una de las veladas más románticas que podéis vivir en Montreal. Estos cruceros ofrecen la cena a bordo, mientras disfrutáis de las vistas y de la música en directo de fondo. Buena parte de estos cruceros funcionan exclusivamente durante los meses de verano, cuando el tiempo acompaña, ya que en invierno hace bastante frío como para salir de crucero.
Los cruceros nocturnos en Montreal parten del muelle a las 19.00 (se embarca una hora antes) y, tras un paseo por la ciudad, vuelven al punto de partida a las 23.00 horas. Los precios rondan los 90 dólares e incluyen la cena, bebidas y música en directo (al final de la cena hay un pequeño baile). A diferencia de otros cruceros, la comida os puedo asegurar que es excelente para el precio.
También es cierto que hay cruceros nocturnos más baratos que no incluyen ni cena ni baile, solo el placer de contemplar las vistas. Realmente este tipo de cruceros os lo recomiendo hacer de día para disfrutar de todos los detalles. Para una velada romántica puede ser un capricho un poco caro, pero este crucero de noche a la luz de las velas, en el ambiente mágico de Montreal, es toda una delicia.
Foto Vía Eye Love Montreal