En el año 1535 fue cuando Francisco Pizarro fundó la Ciudad de los Ángeles, hoy conocida como Lima. Una urbe, la más extensa de Perú y además capital de dicho país, que se ha convertido en uno de los rincones más cosmopolitas e interesantes de toda Sudamérica.
Y es interesante, entre otras cosas, porque cuenta con un extenso y valioso patrimonio histórico y artístico por lo que para conocerla en profundidad no hay nada mejor que realizar un recorrido por sus monumentos más significativos y por sus calles del centro histórico, que está declarado Patrimonio de la Humanidad.
La Basílica y Convento de San Francisco de Lima es así uno de los rincones que no hay que dejar de conocer. En el año 1546 fue cuando comenzaron las obras de este templo que goza de una gran monumentalidad y que se encuentra enmarcado dentro de lo que es el estilo barroco autóctono.
La sacristía, que es una de sus más valiosas joyas, o la sala capitular son dos de las estancias que merece la pena admirar con más detenimiento al igual que sucede con la Sala de Profundis.
La segunda parada de este recorrido monumental debe ser la Catedral, iniciada en la primera mitad del siglo XVI y de la que se encargó el arquitecto español Francisco Becerra, que también realizó la Iglesia del Convento de Santo Domingo en México.
El estilo renacentista y el neoclásico son los que predominan en este citado templo que cuenta con multitud de espacios de gran belleza como, por ejemplo, la cripta del citado Pizarro, la sala capitular o la capilla de la Sagrada Familia.
La tercera parada que te recomendamos realizar en este recorrido por Lima y que es obligatoria es la Plaza Mayor de la ciudad, que se encuentra ubicada en pleno centro. Un espacio abierto que ejerce como corazón de la misma y donde se tiene fácil acceso a la mencionada catedral pero también al Palacio Arzobispal y a la Iglesia del Sagrario.