Conil de la Frontera es una de las poblaciones más bellas de la Costa de la Luz gaditana y, por lo tanto, una de las más visitadas por turistas de todo el mundo. No en vano, en los meses estivales su población se llega a cuadruplicar gracias a los viajeros y a la gente que decide pasar su tiempo de vacaciones en esta preciosa localidad bañada por el Océano Atlántico.
La oferta de hoteles en Conil es variada y para todos los gustos y bolsillos, como confirmación de la tendencia que ha tenido la ciudad, sobre todo desde los años 60 del siglo XX, a orientar su crecimiento en base a la actividad turística, principal motor de la economía local desde hace unos años en un pueblo que había sido predominantemente pesquero hasta entonces, también con esfuerzos dedicados a la ganadería y la agricultura. El patrimonio natural de la zona, realmente destacable, favorece que en los últimos tiempos se haya notado un auge del turismo de naturaleza, al margen del más tradicional de sol y playa.
En este sentido, Conil cuenta con preciosas playas como las de La Fontanilla, Fuente del Gallo, Playa del roqueo, Playa de los Bateles, Playa del chorrillo, Playa del puntalejo, El Roqueo y Calas de Roche, entre otras, además de algunos monumentos interesantes que también vale la pena visitara, como la Parroquia de Santa Catalina de Alejandria, la Ermita del Espíritu Santo, la Iglesia Mayor de Santa Catalina (s. XV), las Torres Almenaras de la Costa, la Torre de Guzmán, la Puerta de la Villa y la Chanca.
En el Museo de Raíces Conileñas encontraremos una interesante colección de objetos, fundamentelmente mobiliario, enseres agrícolas y de pesca que explican de manera gráfica la historia de la localidad. Para hacerse una idea del antiguo Conil, sin embargo, nada mejor que un paseo al atardecer por el puerto pesquero, tras lo cual podemos cenar en uno de los magníficos restaurantes locales y saborear su gastronomía más típica.
Foto: odolphie