El Templo de Chavín de Huántar es el resto preincaico más imponente del Perú, de hecho posee unas sólidas construcciones hechas de piedra con adornos de lanzones y monolitos labrados de manera muy fina que a cualquier viajero pueden hacerlo transportar al momento mismo de la mística cultura Chavín.
Así, se debe el descubrimiento de esta pieza importante del mundo antiguo al viajero italiano llamado Antonio Raimondi, quien durante su exploración y durante una cena con el lugareño llamado, Timoteo Espinoza, encontrase una singular mesa que este último hubiera recogido de algunas tierras lejanas y ahora usara como mesa.
Cuando Raimondi cayó en la cuenta que esta “mesa” tenía inscripciones y símbolos muy diferentes a la cultura inca, el explorador cayó en la cuenta que estaba frente a un hallazgo de letras mayúsculas. Se trataba de una estela, es decía, la que ahora lleva el nombre de “La estela de Raimondi” o mejor dicho, el primer indicio de la cultura Chavín.
De hecho, Chavín de Huántar fue la más grande expresión arquitectónica de la dicha civilización en donde un grupo de edificios y pirámides alrededor de una plaza se encuentran asentados en una colina con terrazas.
Para llegar a Chavín, lo primero será llegar a Lima para luego por vía terrestre y después de unas nueve horas llegar a Huaraz y después de cuatro horas, al mismo templo. Debido a la altura que es de unos 3.150 metros sobre el nivel del mar lo recomendable es descansar en Huaraz todo el primer día y luego, partir a Chavín.
La temporada ideal para el viaje va de mayo a octubre.
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