Catedral de Santa María de Girona

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Uno de los monumentos más importantes y relevantes que tiene la ciudad de Girona es, sin duda alguna, su Catedral de Santa María y es que cuenta con una serie de señas de identidad que la hacen única. En concreto, tiene el privilegio de ser la construcción gótica del mundo con una nave más ancha (22,98 metros) y además se encuentra situada en la parte más alta de la urbe.

En el siglo XI parece ser que fue cuando se iniciaron las obras de construcción de esta edificación religiosa que, con motivo de las posteriores reformas que ha ido sufriendo con el paso de los años, se ha convertido en una joya de arte románico donde además toman protagonismo el estilo gótico y el barroco.

Entre los elementos más significativos y que merece la pena admirar en mayor profundidad se encuentra su fachada barroca de principios así como su escalinata que le da majestad a la mista. Una escalinata del siglo XVII desde la que se puede admirar a la propia Catedral de Girona y también a la ciudad en sí.

Asimismo también hay que resaltar el valor de otros elementos igualmente importantes y ricos en este templo como sus vidrieras, siendo las más antiguas del siglo XIV, o el conjunto de sepulcros que conserva. Entre los mismos toman especial relevancia los del Conde de Barcelona Ramón Berenguer II, el Obispo Bernardo de Pau o Guillermo de Villamar, arquitecto del propio edificio religioso.

Su bello claustro románico, realizado en el siglo XII por Arnau Cadell, o varias de sus esculturas, como la llamada Bruja de la Catedral y el Ángel, se encuentran también entre los elementos más especiales y significativos de esta edificación de Girona, símbolo de la ciudad.