Catedral de Saint Giles, joya escocesa

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Si tienes la suerte de poder viajar a Escocia, y concretamente a la ciudad de Edimburgo, te recomendamos que no pierdas la oportunidad de conocer in situ uno de los monumentos más emblemáticos de la misma. Nos estamos refiriendo a la Catedral de Saint Giles.

En pleno casco histórico, en la afamada zona de Royal Mile, es donde se halla situada esta construcción religiosa que tiene su origen en el siglo XII y que aunque es conocida como catedral no cuenta con dicho título.

Su aspecto exterior es elegante y majestuoso pero no lo es menos su interior. En este sentido, entre los elementos que más consiguen cautivar al visitante se encuentran, por ejemplo, sus vidrieras. Estas son fruto de un gran colorido que hace resplandecer al edificio de manera notable.

No obstante, eso mismo lo consigue también otra obra artística de gran valor dentro del templo como es la figura de John Knox. Se trata de una escultura que viene a dejar patente el papel ejercido por este personaje que tiene el honor de ser el líder de la reforma escocesa así como el primer predicador que tuvo este lugar.

Visitando la Catedral de Saint Giles de Edimburgo también hay que prestarle especial atención a la conocida como Capilla del Cardo. Los caballeros de la Orden que le da nombre fueron los que incentivaron y permitieron la construcción de la misma que destaca por su singular manera de entender el estilo gótico. En ella toman protagonismo una serie de motivos muy coloridos de animales y demás elementos de corte religioso.

En el periodo comprendido entre 1909 y 1911 fue cuando se llevó a cabo la puesta en pie de esta capilla que se ha convertido en una de las estancias simbólicas de la Catedral.