En el corazón de la denominada Ruta de los Alcores sevillana encontramos una de las ciudades más monumentales de Andalucía. Por ella han pasado numerosas civilizaciones, y cada una de ellas ha dejado una impronta que ha marcado el devenir de Carmona. Cartagineses, romanos y árabes fueron sus principales conquistadores. Hoy os ofrecemos la posibilidad de conocerla y descubrir entre sus callejuelas un patrimonio histórico de gran esplendor.
Si encontráis hoteles en Sevilla a buen precio Carmona debe ser una de las excursiones imprescindibles que debéis hacer desde la capital hispalense. Ambas están separadas por apenas 35 kilómetros, con lo que podéis ir y venir perfectamente en una mañana o una tarde. Aunque el casco histórico de esta pequeña ciudad bien merece la pena dedicarle algo más de tiempo.
Sus calles blancas y empinadas esconden algunos grandes secretos. Podemos acceder a ellas a través de la Puerta de Córdoba que, si bien su aspecto actual data del siglo XVIII, tiene ya su origen en época romana. A poco de pasar por aquí llegamos a la Iglesia de Santiago, construida sobre la antigua mezquita. Os invito a pasar al interior para descubrir uno de los mejores retablos barrocos de la provincia de Sevilla, además del coro del siglo XVII.
Seguimos nuestro recorrido para ver el Antiguo Alcázar del Rey Pedro I, parte del cual es hoy Parador de Turismo. Este monarca rehabilitó las dependencias del antiguo alcázar árabe, convirtiéndolo en lo que es hoy en día. Tras el alcázar, la Casa de Alonso Bernal Escamilla y el Hospital de la Misericordia. Este último fue fundado en el siglo XVI, y en su interior podemos ver un magnífico altar mayor y un enorme crucifijo en marfil.
Carmona es tierra de iglesias, algunas de ellas de notable factura. Basta con citar el Convento de Santa Clara, el de las Descalzas, la Iglesia Parroquial de Santa María, la de San Blas, San Felipe o San Bartolomé. Hay muchas más, pero posiblemente estas sean las que no debéis dejar de visitar.
Además de las iglesias, hay palacios, casonas nobiliarias como las de los Lasso o la del Marqués de las Torres, y rincones de indudable belleza. El paseo por el centro histórico ha de llevarnos asimismo por la Plaza de Arriba con el Ayuntamiento, la Plaza de Abastos con sus galerías porticadas del XIX o el Alcázar de la Puerta de Sevilla.
A cualquier viajero que abandona Carmona tras una visita le sorprende el gran patrimonio con el que cuenta esta ciudad. Tal vez la cercanía con Sevilla hace que haya estado un tanto a la sombra de la capital, pero sin duda es una excursión que os llamará poderosamente la atención.