Calpe no sólo es ciudad para el sol y la playa. Esta hermosa ciudad costera no sólo se distingue por sus playas sino que por mucho más. Sus museos lo demuestran.
Por ejemplo, podemos ir al Museo Casa de la Senyoreta, un edificio de lo más emblemático de la tradición local. Fue casa de la señorita Doña Amparo Llorca Martínez, una de las grandes benefactoras de obras cívico-religiosas. Si lo queremos conocer, veremos una hermosa casa de tipología de casa urbana señorial del siglo XVIII, con dos hermosas plantas de vivienda y cambra, balcón en el eje vertical del huebo de acceso y ventanas más pequeñas. Toda una oportunidad para ver la típica casa de bien del siglo XVIII.
Otro de los museos interesantes y poco convencionales de Calpe es el Museo del Coleccionismo, la cual alberga colecciones particulares de los miembros de la Asociación de Coleccionistas de la Marina Alta. Actualmente podemos ver una interesante exposición sobre la pelota valenciana, propiedad de Joaquín Vázquez.
El Museo Fester es el último museo que hoy comentaremos. Ubicado en una casa levantada a finales del siglo XIX, de 1905 a 1916 fueron las dependencias judiciales y el Ayuntamiento de Calpe. En la planta baja se levantó un comercio conocido como «La Cooperativa» y que aguantó hasta mediados de los años 70 para que luego, en los 80 abriera como taberna. Hoy día acoge una interesantísima exposición de trajes y elementos característicos de las fiestas populares de Calpe.
En fin, vemos que Calpe es algo más que sol, playa y fiesta. Entre sus actividades aún encontraremos diferentes tradiciones populares, así como un interesante Museo Etnológico que nos da una idea de cómo era y es la gente de estos lares. Calpe es como muchas otras ciudades de la zona donde el turismo ha cogido el protagonismo de la vida diaria pero, la gente, los lugareños, luchan contra viento y marea para que sus costumbres, tradiciones y aquello que les diferencia se mantenga y conozca también entre los visitantes.
Foto Vía: Gafotas