A mí, que conste en acta, me gustan más los lugares históricos, antiguos, los que tengan a sus espaldas cientos de años. Sobre todo por el hecho de saborear su encanto, el trasiego de los siglos sobre sus muros, ese tejemaneje entre lo ancestral y lo tradicional. Pues, mira por dónde, uno de los rincones que más me llamó la atención de Tokio no tiene nada que ver con todo esto que os digo…
Se trata del barrio de Ginza, uno de los más populares, bulliciosos y conocidos de la ciudad, especialmente por sus tiendas de lujo, sus edificios y todo lo que se mueve a su alrededor. Porque aunque muchos de los que viajan en sus vuelos a Tokio vean a Ginza como el barrio caro de la ciudad, tiene un particular encanto. Eso sí, todo lo que queráis hacer aquí hay que pagarlo, y bien pagado.
Los restaurantes, los bares, los cafés, las tiendas… Ginza es caro, y para cualquiera que vaya con un presupuesto limitado, lo mejor que se puede hacer es dar una vuelta y comprar poco… o nada. Pero claro, si quieres darte un caprichito en Tokio, y te van las compras, creo que de Ginza no saldrás en unas cuantas horas.
Otra cosa es que, como a mí, no os gusten demasiado las compras. En Ginza uno no se aburre, os lo aseguro. Por ejemplo, podéis visitar el Teatro Kabuki-za, uno de esos teatros tradicionales japoneses que ofrece espectáculos prácticamente todos los días. Las entradas más baratas suelen estar en torno a los 9 euros, lo que tampoco es tan caro, ¿no?.
No tan cultural, pero sí sin perder encanto, es el Tsukiji Fish Market, el mercado de pescado más grande de toda Asia. Aquí encontraréis especies de pescado que no habéis visto en vuestra vida. Aunque, también hay que decir, que es un mercado caro, y algunas piezas se venden por miles de dólares. De todas maneras, la gente viene a comprar, no os creáis…
Al final nosotros no nos pudimos resistir, y nos metimos en un restaurante a cenar. Ya que estábamos en Ginza, ¿cuándo íbamos a volver otra vez a Tokio?. Había que aprovechar la oportunidad. Os puedo decir que comer en esta zona es caro, incluso hasta en los locales de Starbucks. Eso sí, encuentras restaurantes de todo tipo.
A pesar del lujo y lo caro que es todo lo que rodea a Ginza, te llevas un sabor de boca estupendo de la zona. Merece la pena perderse por sus avenidas y sus rascacielos. Es otra forma de entender Tokio.
Foto Vía Wayfaring