La Plaza de España en Roma

La Plaza de España en Roma 2

Cientos de turistas se agolpan todos los días en la Plaza de España en Roma. Y no lo hacen precisamente porque en ella se encuentre desde el siglo VII la Embajada de España, que da nombre a la plaza, sino porque gusta venir hasta aquí y ver el bullicio, el ambiente, la animación… y, claro, la famosa escalinata de 135 peldaños.

Si venís en metro, y salís por la parada de España, lo haréis en lo alto de la escalinata, desde la que se tienen las mejores vistas de la plaza. Dicen que la Plaza de España es una de las más bonitas de Roma. En mi lista creo que situaría a otras por delante, pero creo que en ninguno de mis viajes a Roma podría dejar de visitarla.

Pues porque es uno de esos lugares en los que no te llegas a sentir extranjero. Aquí los turistas se confunden con los lugareños. Si no llevas cámara de fotos, nadie te creerá precisamente extranjero ni turista.

La escalinata de la plaza une la embajada con la Iglesia de Trinitá dei Monti. Fue inaugurada en 1735 por el Papa Benedicto XIII durante el Jubileo. Los paseantes suben y bajan por ella, se hacen fotos, se sientan en sus peldaños… Además, al no ser una plaza demasiado grande, la sensación que da es de enorme bullicio y gran ambiente, a cualquier hora del día.

En el centro de la plaza podéis ver la Fontana de la Barcaccia, obra de Pietro Bernini, que recuerda una de las más grandes inundaciones de Roma, en la que la gente tuvo que salir en barca de la ciudad. Desde ella también se tienen muy buenas vistas de la plaza.

Una de las mejores formas de llegar a la Plaza de España, además del metro que para allí, es venir paseando por la célebre Vía Condotti, en donde veréis las tiendas más exclusivas de Roma, con firmas como Armani, Valentino o Versace. Aunque yo prefiero llegar por la Via Margutta, más tradicional y popular con sus pintores callejeros.

Un detalle a tener en cuenta: en una de las esquinas de la escalinata veréis la casa roja. No os llamaría demasiado la atención si no supiérais que en ella vivió y murió, en 1821, el poeta inglés John Keats.

Daros un capricho y sentaros en el Café Greco a disfrutar de las vistas y el ambiente de esta plaza.

Foto Vía Los Idus del Vigilante