El lisboeta Palacio de Ajuda

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Si tienes intención de realizar una escapada a Lisboa, la ciudad melancólica de Portugal, seguro que una de las actividades que tienes intención de llevar a cabo para conocer a fondo la esencia y belleza de aquella es descubrir su patrimonio arquitectónico y artístico.

Por eso, queremos recomendarte una edificación que debes incluir sí o sí en ese recorrido por las calles lisboetas. Nos estamos refiriendo al conocido Palacio de Ajuda.

A raíz de la destrucción del Palacio de Ribeira en el año 1755, como consecuencia del terrible terremoto que asoló la urbe, fue cuando se decidió llevar a cabo la puesta en pie de la construcción que ahora nos ocupa. El rey José I de Portugal  fue quien ordenó erigir aquella que se decidió enclavar en los terrenos del vecindario que le da nombre, Ajuda, y así fue como diversos maestros se encargaron del proyecto: Manuel Caetano de Sousa, Francisco Javier Fabri, José de Costa e Silva…

De esta manera, y después de diversas vicisitudes, fue cuando el Palacio de Ajuda, de estilo neoclásico, se levantó y se convirtió en uno de los edificios más importantes de la ciudad de Lisboa  ya que se convirtió en la residencia oficial de los diversos reyes que estuvieron al frente del país como sería el caso, por ejemplo, de Luis I de Portugal o de María Pía de Saboya.

No obstante, con la proclamación de la Republica en el país, en el año 1910, aquella construcción pasó a tener la función que aún mantiene hoy: museo. De ahí que el visitante que se anime a conocerla in situ podrá descubrir cómo era la vida de la realeza en el siglo XIX mediante un recorrido por estancias de gran valor como el Gran Comedor, los tronos reales, el salón de música o el salón azul.