El Barrio Colonial de Singapur

Barrio colonial

Cuando vuelves de Singapur le intentas explicar por todos los medios a tus amigos que no solo es esa urbe ruidosa y ultramoderna rebosante de rascacielos. No, aquí hay mucho más que esa amalgama casi exagerada de hierro y acero. No en vano aún perdura en muchos de sus rincones el aire colonial que le dieron en siglos anteriores Holanda e Inglaterra, naciones a las que perteneció esta isla situada al sur de Malasia y al norte de Indonesia.

Esta mezcla de contrastes y el amplio abanico de posibilidades turísticas que nos ofrece es uno de sus principales encantos. Para aquellos que pretendéis mirar ofertas de vuelos a Singapur os quiero llevar hoy hasta su barrio colonial. Para ello hemos de situarnos en la otra orilla del río Singapur, al norte de Chinatown. Una zona que no tiene prácticamente nada que ver con los edificios mastodónticos que vemos en los alrededores.

Aquí se puede pasear más relajadamente (dentro de lo que supone la palabra relax en Singapur) disfrutando con algunos de los monumentos más antiguos de la isla, como las iglesias de San Andrés, la Catedral del Buen Pastor o el Convento del Niño Jesús, los museos de Bellas Artes, Nacional y Filatélico, o el famoso Fort Canning, desde el que se obtienen algunas de las mejores vistas de la ciudad. Todo acompañado por el sabor más tradicional de un lugar que llegó a ser en su día refugio de piratas.

En el barrio colonial de Singapur escapamos un poco de la locura y el trasiego del centro. Hay preciosos jardines, como los que se abren en el Parque de la Explanada, e incluso tenemos la posibilidad de pasear en barco. Muchos turistas se detienen frente al Hotel Raffles, uno de los edificios emblemáticos de la isla, construido en 1899 y que está considerado monumento nacional. Lleva el nombre de Sir Stamford Raffles, gobernador colonial británico de las Indias Orientales Neerlandesas.

Para muchos este barrio es el centro neurálgico de las compras, aunque además de tiendas os invito a pasear por la mañana y sentaros en alguna terraza a tomar un té y probar la exquisita gastronomía local. No perderos tampoco el Palacio de la Emperatriz de mediados del XIX, o el curioso Padang. Lugares todos ellos, como veis, que nada tienen que ver con la imagen casi caótica que a muchos nos proyecta Singapur.

Foto Vía Anek Designs